La manipulación del lenguaje muestra una voluntad de ocultar la verdad
para mantener las cosas como están, sin los cambios para acabar con
situaciones de injusticia.
Un ejecutivo de Wall Street pregunta a un cabizbajo cardenal vaticano: "¿Qué le ocurre?"
- Estoy preocupado por lo de la pederastia. Es una grave crisis de imagen de la Iglesia.
- De crisis yo sé mucho, monseñor.
- ¿Y qué podemos hacer?
-
Repitan como loros que son casos aislados. Cuando estalló la crisis
financiera, culpamos a unos pocos codiciosos y funcionó. Denuncien
ustedes que la lujuria de unos pocos nada tiene que ver con la Iglesia.
- ¿Se arreglará?
- Sí. Además, juren que nunca más sucederá, que refundarán la Iglesia.
- ¿Funcionará?
-
Nosotros hemos conseguido que los trabajadores se sientan culpables de
la crisis por creer haber vivido por encima de sus posibilidades.
- ¡Vaya!
- Si hacen lo que digo, pronto culparán a los niños por ir provocando.
Sacado de Revista Fusión.
Mi idea es la de un mundo comprometido, que no se deje manipular, informado y solidario. Que el motor sea la pasión, que no tenga miedo de ir "contracorriente" de lo que nos quieren hacer ver. Que no tenga miedo de expresarse, y que lo haga desde el corazón. MI idea es que, entre todos, podemos cambiar el mundo. Que las banderas no nos tapen la podredumbre de quienes las usan para ocultar sus verguenzas. Que la unión pueda con la manipulación. - LA ONDA YA HA EMPEZADO.
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