Dice la Biblia que Jesús expulsó del templo a los vendedores y comerciantes llamándoles, entre otras lindezas, "sepulcros blanqueados", por profanar su templo.
A gran parte de los políticos actuales, se les podrían también calificar como tales. Y por supuestísimo, a todos los lobbys y grandes corporaciones, que, al igual que hace más de veinte siglos, profanan a diario lo humano y lo sagrado, IMPUNEMENTE, mientras dejan caer unas migajas en campañas de propaganda y lavado de imagen.
De un lado tenemos a los Obama, Hollande, Rajoy, ... y gran parte de los gobernantes europeos, poniendo el grito en el cielo por los atentados de París, pero comprando petróleo a DAESH; dándose golpes de pecho, mientras vender armas a Arabia Saudí, o a los países del Golfo, que apoyan a este grupo terrorista; o hablando de hermandad mientras bombardean indiscriminadamente a víctimas civiles.
De otro lado están las grandes empresas. Bancos que financian indiscriminadamente compras de armas. Empresas de armas que intrigan para alargar las guerras y tener más beneficios. Petroleras que hacen negocios con los terroristas. Todo ello, mientras se anuncian como empresas sostenibles, que subvencionan conferencias sobre economía a universitarios y que dan limosnas a los necesitados.
Así que, para mí, la cosa está bastante clara. O entre todos nosotros hacemos la fuerza suficiente para cambiar a unos y otros, sepulcros blanqueados, y ponernos nosotros, los ciudadanos, en su lugar, o ... ... o
o esto dará un cebollazo tal, que tendrán que venir otra vez Jesús, fusta en mano, a echarnos a todos de este mundo de hipócritas, ... ... y no soy religioso.
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